viernes, 21 de diciembre de 2012

SEXTA ETAPA VILLADEMOROS-VILELA

18 de agosto de 2012
88 km 6 horas pedaleando

Ha sido el día que más pronto nos levantamos.Después de recoger la ropa que nos habían dejado preparada cargamos las alforjas en las bicis. Nos despedimos de Nacho y María que han sido nuestros hospitaleros y les agradecemos el trato dispensado. Ha sido un placer hospedarnos en su casa, son unas personas que se desviven por atender a la gente que tienen hospedada.
Salimos a las 7,40 sin desayunar fuerte ya que solo disponemos de unos batidos de cacao y no nos apetece quedarnos a desayunar en la casa ya que queremos avanzar antes que apriete el calor.
Siguiendo las flechas empezamos en la nacional aunque enseguida nos desvían por un camino de tierra, en un cruce giramos a la derecha y empezamos a subir, dada vez el desnivel es más fuerte y la pista se convierte en una senda cada vez más cerrada por la vegetación.
sendero matinal
 La belleza del bosque es increíble y cuando llegamos a un claro Raúl dice que se vuelve atrás, decide volver al asfalto y quedamos en vernos en el próximo pueblo. Yo decido continuar y el terreno cambia y empiezo a descender, aunque antes de emocionarme la senda termina en un barranco, ya tenía el presentimiento que algo no iba bien.Rápidamente doy la vuelta y a los pocos minutos me llama Raúl por teléfono diciéndome que en el primer cruce nos habíamos saltado una flecha y que me espera allí. Se queda sorprendido cuando a los dos minutos me ve aparecer. Seguimos por pista alternando con tramos de sendero aunque ahora nos fijamos más detenidamente en los cruces. Volvemos a salir a la nacional aunque este tramo tiene un tráfico terrible.
En Queruás hacemos un giro a la izquierda y nos adentramos en la antigua nacional 632 donde el trafico es practicamente inexistente.
imagen de la n-632A carente de tráfico
 Al poco de cruzar el río Esla podemos divisar la playa de Cueva donde desemboca dicho río que aunque podemos desviarnos para visitarla no entra dentro de nuestro itinerario así que seguimos por la nacional.
playa de Cueva(Canero)
 Cuando vamos dirección a Luarca vemos en un camino que nos sale a la derecha una indicación al albergue que ignoramos y proseguimos recto.Seguimos las indicaciones a Luarca y nos encontramos con una finca llena de esculturas de hierro y donde se encuentra un barco haciendo la función de vivienda, no hay duda que es la casa de un artista.
raro lugar para un barco

 La entrada a Luarca es espectacular, sobre todo la bajada por carretera.
vista de Luarca
 Desayunamos en una cafetería del puerto, yo mi ya clásico café con leche y coisant y Raúl un pincho caliente.
Sin entretenernos mucho reanudamos el camino subiendo un fuerte repecho, según  el perfil más empinado que la entrada, por la calle de la Peña. Menudo careto tendríamos que un vecino nos ofreció una limonada fresca que rechazamos con mucha cortesía.Seguimos por caminos rurales hasta que una señal nos desvía del trazado por las obras de la autovía. Siguiendo las indicaciones del desvío provisional  nos metemos por un sendero con fuerte descenso que nos lleva hasta la nacional aunque pronto la abandonamos.
El trazado del camino nos introduce por una senda llena de agua a través de un bosque hasta de llegamos a un arroyo que cruzamos por un puente de madera.
Seguimos por senda aunque ahora en fuerte ascenso que nos obliga en algunos tramos a empujar la bike. Cuando llegamos a la carretera vemos cuatro casas con una tienda en la que nos abastecemos de pan y bebida que junto con el fiambre que teníamos del dia anterior almorzamos sentados en el suelo a la sombra. Como anécdota se nos acercó un lugareño a observar las bicis alegando que llevábamos unas maquinas y continuó la charla hablando de sus proezas de joven con la bici de carretera. Me gusta escuchar a la gente mayor cuando cuenta sus historias de juventud.
Nos despedimos amablemente y proseguimos nuestra ruta.
Por una carretera local y tras pasar un puente sobre las vias del tren llegamos a la iglesia de San Salvador que está al lado del albergue de Piñera.
iglesia de San Salvador( Piñera)
 Más adelante del albergue las señales nos desvían a la derecha por una senda en descenso pero cuando llegamos a un arroyo tenemos que volver por nuestros pasos ya que nos resulta imposible pasar con las bicis.Después de un tramo por la antigua nacional retomamos el camino y cogemos la variante a Tapia de Casariego.
Nos encontramos circulando por el Gr-9 el cual nos lleva cerca del mar, aunque con fuertes subidas y bajadas. Cuando llegamos a la población de Tapia nos encontramos con los murcianos que venían de nadar en la playa, nos saludamos y proseguimos nuestra marcha.
En el centro de la población había un mercado medieval y después de dar una vuelta nos fuimos a buscar un sitio para comer. Volvimos a hacer un mala elección, en este camino no acierto ni una con la comida. Después de un bocata malo tomamos la ruta que nos ha indicado el dueño del bar que aunque no es el camino oficial ofrece mejores vistas y tiene menos tráfico. Se trata de seguir por el gr-9 que nos llevará por las playas.   

vistas desde el Gr-9
 Hace un calor infernal y Raúl se cabrea. Es normal que hayan desavenencias puntuales, sobre todo debido al cansancio, y que aunque parezca que vas de paseo, la realidad es que sufres mucho tanto física como psicológicamente.
Paramos a descansar un rato en un viejo lavadero que por lo menos da algo de sombra aunque el tejado estaba lleno de avispas, lo que contribuye a que la parada no sea muy larga.
buscando una sombra
 Perdemos las señales y seguimos por intuición. La verdad es que no sé donde aparecimos pero llegamos a una pequeña barriada con un bar de carretera donde volvimos a encontrar las flechas. Entramos al bar sin pensarlo dos veces y pedimos sendas birras muy frías, estaban riquísimas. Tuve la duda que más que un bar de carretera parecia un club de alterne por las chicas que habían, aunque en ningún momento dieron esa impresión.
Le preguntamos al dueño si nos faltaba mucho para Ribadeo y nos dijo que menos de 5 km. pero que si pensábamos pasar la noche allí no encontraríamos sitio ya que estaban en fiestas. Nos ofreció una habitación para los dos por 20 € y aunque la oferta fué tentadora le dijimos que queríamos avanzar un poco más dado que aún era pronto para parar. Nos dió una tarjeta con su teléfono por si no encontrábamos sitio y cambiabamos de opinión.
Proseguimos con los ánimos mas calmados al saber la proximidad del final de etapa, (que ilusos, no imaginábamos por las penurias que pasaríamos)
Llegamos al puente de los Santos y nos quedamos admirados por las espectaculares vistas.El puente divide Asturias de Galicia por lo que deberemos tener en cuenta que las conchas cambian de sentido.
puente de los Santos,más de 600 m.de longitud (el manillar pasa casi rozando las vallas)
 ¡¡¡ Me parece vergonzoso que el albergue tenga solamente 12 plazas !!!
Nos dirigimos al retén de la policia local para preguntar si el ayuntamiento ha habilitado algo para los peregrinos.
Nos dijeron que no tenían nada habilitado y nos dieron un plano de la localidad con las indicaciones de hoteles y hostales. Después de hora y media y 8 km dando vueltas, y tras no haber encontrado ni una plaza libre nos volvemos a encontrar con los policias en el coche patrulla y tras interesarse por como habíamos quedado nos dijeron que a unos 8 km. estaba Vilela y disponía de un alberque de 34 plazas.El trato dispensado por los agentes fué muy bueno ya que en todo momento se interesaron por nosotros llamando incluso desde su teléfono móvil a protección civil.
Llamamos al teléfono que nos facilitaron y nos confirmaron que habían plazas libres por lo que partimos rápidamente. Menudos 8 km. , con un sol de coj... y con un desnivel de aupa, creíamos que no se terminaba nunca la subida. Al fin llegamos a lo alto y la llegada a Vilela es todo p´abajo.
Llegamos al albergue y tras ocupar nuestra correspondiente litera vamos al bar a inscribirnos y pagar los 5€ por barba.
Ducha y colada y una cerveza fría en la terraza del bar con tertulia con el grupo de peregrinos que estaba reunido.
albergue de Vilela
 Conocemos a dos chavales bicigrinos vascos que vienen desde Irún, a dos preregrinas catalanas una de ellas argentina, un grupo de bicigrinos abueletes y a alguno más que no recuerdo.
Después nos dedicamos a revisar la mecánica de las bicis ya que la mia hacía un ruido infernal en la suspensión.
Cenamos en el comedor del bar todos juntos y entablamos buena relación con los dos chavales y las catalanas.
Después de la tertulia nos fuimos a dormir y a las 11,30 me despertó la llegada de unos bicigrinos.Menudo calvario habrían pasado.    
       
 

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