jueves, 6 de diciembre de 2012

QUINTA ETAPA AVILÉS-VILLADEMOROS

17 de agosto de 2012
73 km 5h 30 min pedaleando
      ¡¡¡ por fin entramos en el camino !!!

Que noche más mala he pasado, entre las molestias de las quemaduras solares en las piernas y las irritaciones del sillín no sabía como poner las piernas, a lo que tampoco ayudaba 50 personas durmiendo en la misma sala.Menudo recital de ronquidos.
 Con el barullo que armaban los caminantes era imposible prolongar el sueño por lo que empiezo a recoger y quando lo tengo todo a punto despierto a Raúl, me sorprende que no se entere del jaleo.
Raúl modifica la altura y retraso del sillín y la posición de las calas para ver si así mejoraba su rodilla y después nos vamos a desayunar.
Se nos ha vuelto ha hacer tardísimo, salimos a las 9,30 aunque compensa que la salida de Avilés esta perfectamente señalizada por lo que no perdemos nada de tiempo al no perdernos.
Como siempre salimos en ascenso y aunque vamos por asfalto lo hacemos sin apenas tráfico.Cuando llegamos a la primera flecha que nos desvía por una pista de tierra llega la primera discusión del día, yo quiero seguir las flechas y Raúl quiere ir por asfalto.Trás un intercambio de pareceres acordamos seguir las flechas y fue todo un acierto, empezamos a rodar por zonas realmente bonitas aunque en algún tramo aún encontrabamos barro y eso que hacía mucho que no llovía.
sin palabras
  Llegamos a la población de Salinas y nos perdemos un par de veces ya que las flechas están puestas para los caminantes y en las urbes se hace dificil seguirlas desde la bici.
En este tramo predominan las carreteras locales y pistas asfaltadas, siempre con fuertes repechos alternando con algún tramo de tierra.   Pasamos por diversas localidades hasta que llegamos a El Castillo desde donde podemos observar la rio Nalón y el puente por el que tenemos que cruzar.
rio Nalón y el puente
 Dejamos Muros de Nalón y llegamos a El Pito allí nos encontrmos con el Palacio de Selgas que no nos paramos a visitar, la próxima vez.Coincidimos en un cruce con unos peregrinos que dudaban en que dirección seguir ya que habían fechas señalando de diferentes direcciones.Preguntamos a un lugareño que pasaba y nos dijo que si teníamos intención de visitar Cudillero a la derecha estaba el trazado antiguo pero no nos lo aconsejaba porque el descenso era muy peligroso y por la izquierda iba el trazado original.
Pues nosotros cabezones por la derecha.Vamos por una carreterita rural hasta pasar por una barriada por la que llegamos al descenso a Cudillero y a los pocos metros tenemos que retroceder ya que aquello era un suicidio.
vista del puerto de Cudillero
 Volvemos atrás hasta el cruce y esta vez bajamos por la carretera a Cudillero. La bajada es espectacular y en ello vemos a los peregrinos de antes con otro grupo, paramos para decirles lo que nos había pasado y nos encontramos con una sorpresa increíble. Me saluda una chica morena que al principio no reconocí hasta que se quitó las gafas de sol, era la italiana de Llanes.
Nos contó que su compañero se había quedado para recuperarse de su lesión y ella había continuado por Oviedo, y todo eso andando sin ningún tipo de apoyo, según ella. Nunca entenderé que gana la gente mintiendo de manera tan absurda. En fin son cosas del camino. Cuando estábamos parados vemos pasar a un grupo de bicigrinos a toda leche y dos de ellos llevaban un remolque tipo Bob, casi no les vimos ni los colores. Más tarde nos los volveríamos a encontrar.
Nos despedimos con la certeza de no volver a encontrarnos y continuamos hacia abajo.Cuando llegamos a las primeras casas de la población podemos comprobar que para ver el puerto tenemos que bajar aún mas y la verdad es que no estamos por la labor. Todo lo que baja hay que volver a subir, así que después de hablar un momento con unos lugareños que nos preguntaron si íbamos con el grupo que había bajado a toda leche, proseguimos nuestro camino.
Ahora toca volver a subir aunque el recorrido es tranquilo y espectacular y mas sabiendo que evitamos un tramo de nacional.
Seguimos alternando tramos de nacional con otros de pista y senderos aunque estos últimos con menor proporción.
monte y acantilados es el paisaje predominante en la etapa
Pasado el mediodia nos encontramos en mitad de un camino asfaltado una pequeña tienda en la que aprovechamos para abastecernos de agua y hacernos un par de refrescos fresquitos.
pequeño oasis en el camino
Decidimos parar a comer en Soto de Luiña y al pasar por una plaza con un super entramos a comprar pan ,algo de fiambre y bebida fresca. Dimos buena cuenta de las viandas bajo la sombra de un gran arbol en frente de la iglesia de Santa María.
Cuando terminamos de comer Raúl se da cuenta que el amortiguador está lleno de aceite y después de examinarlo detenidamente pudimos comprobar que el sistema hidraulico había reventado, "osease, estaba muerto".
La salida de Soto se hace por la nacional en fuerte ascenso y aunque vemos que las indicaciones nos desvían por senderos algunos los evitamos por el mal aspecto que presentan.  
El trazado discurre casi en su totalidad por la antigua N-632a que debido a la autovía está totalmente desierta.Aunque vayamos por asfalto el paisaje es de gran belleza ya que vamos practicamente todo el camino entre bosques y alternando con algún pequeño desvío que nos acerca al mar.
de camino a Cadavedo
   Aunque Raúl se queda algo rezagado en las subidas dice que no siente tantas molestias en la rodilla y prefiere no apretar.Todo va bien hasta que encontramos una flecha que nos desvía a la derecha por una pista de tierra en fuerte pendiente, al principio tenía un buen firme pero hacia la mitad estaba completamente rota y cada vez con mas desnivel, aunque nos divirtió bastante.
La sorpresa nos la deparaba al final, terminaba en una cala y teníamos que subir por un sendero por el que casi no se podía subir a pié.
final de la pista e inicio del sendero
 Maldiciendo al gracioso de la flecha iniciamos el ascenso.25 min. tardamos en subir empujando los cerca de 30 kilos del equipaje y montura.
estado de la senda y la p... flecha
  Llegamos completamente extenuados y pese a encontrarnos en la sombra hacia una calor de cojones.
¡¡¡ empuja p´arriba !!!
 Una vez superado el tramo chungo el resto fue para disfrutarlo haciendo olvidar el anterior.
Avanzamos y como veíamos que el camino nos volvía a acercar al mar buscamos una alternativa para volver a salir a la nacional. No queríamos más aventuras.
Llegamos a Cadavedo y allí vemos un anuncio de una casa rural en Villademoros, al llamar nos dicen que está a unos dos km. de allí y que bajan a recogernos para indicarnos el camino, el precio es de 10€ por persona, con esos argumentos discutir es de tontos así que salimos escopetados hacia allí.
Cuando llegamos comprobamos el espectacular entorno en el que estaba situada. Nos alojamos en nuestra habitación y tras una buena ducha la dueña nos hace la colada y la tiende, todo un lujo.
Cuando salimos de la habitación habían llegado nuevos inquilinos, era el grupo de ciclistas que vimos en Cudillero. Tras las presentaciones supimos que eran de Murcia.
Pudimos lavar las bicis en el jardín y después de unas cervezas en el patio nos dieron de cenar, tertulia en la terraza y a dormir.
       
   

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